«Hoy pedí un Uber para ir a mi trabajo y me encontré con un conductor que estaba realizando su primer viaje.
Cuando arrancamos, él no sabía cómo comenzar el viaje en la app y, sinceramente, yo tampoco sabía cómo ayudarle. Llamó a su hijo para que le explicara, se detuvo unos minutos y se disculpó varias veces. Le dije que no había problema, que tomara su tiempo.
Finalmente, no logramos resolver el tema de la app, así que le fui indicando por dónde ir. Al final, me dijo que no me cobraría y se disculpó una vez más. Aun así, le pagué, aunque la app indicaba que era una promoción. Incluso le di un poco más de lo que normalmente cuesta el viaje, porque se lo merecía.
A veces no nos ponemos a pensar que los adultos que se tratan de actualizar siempre necesitan paciencia y un empujón para arrancar, no todos nacimos con una computadora o celular a la par.
Deja una respuesta