Kilmar Abrego ha sido extraditado a Estados Unidos, donde enfrentará cargos por presuntos vínculos con estructuras criminales y tráfico de personas. Según lo declaró este día la Fiscal General de los Estados Unidos en conferencia de prensa, Abrego es acusado de ser miembro activo de una pandilla y de actuar como “coyote”, facilitando el traslado ilegal de personas a través de fronteras.
La noticia ha generado un amplio eco en medios internacionales, debido al perfil mediático que el caso adquirió en los últimos meses.
Desde marzo, Kilmar había sido trasladado al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador, bajo acusaciones que su círculo cercano ha calificado como un error. Familiares y conocidos afirmaron que fue deportado sin justificación clara, lo que motivó la visita de congresistas demócratas estadounidenses al país centroamericano, con el objetivo de indagar sobre las condiciones de su detención y el proceso que lo rodeaba. La controversia creció con la participación de actores políticos de ambos países, y con la creciente atención que el caso obtuvo en redes sociales y medios noticiosos.
La Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos emitió la orden de extradición, y según informes, el expresidente Donald Trump solicitó directamente al presidente Nayib Bukele que se entregara al ciudadano para enfrentar los cargos en territorio norteamericano. Con la extradición ya concretada, será ahora la justicia estadounidense la encargada de llevar el proceso judicial correspondiente, determinar responsabilidades y esclarecer los hechos detrás de este caso que ha trascendido fronteras.
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