Uriel Antonio Villatoro tenía aproximadamente 6 años. Era apenas un niño que recién comenzaba a descubrir el mundo, lleno de energía, inocencia y alegría. Su presencia era un rayo de luz para quienes lo rodeaban, una de esas almas pequeñas que iluminan los días con su sola existencia.
Lamentablemente, un trágico accidente cambió todo en un instante. Mientras jugaba, Uriel cayó en una fosa séptica que se encontraba en construcción. El dolor de esta pérdida es inmenso, y las palabras apenas alcanzan para describir lo que una tragedia así deja en el corazón de una comunidad.
Este doloroso hecho ocurrió en la colonia El Prado, ubicada en el municipio de Corinto, departamento de Morazán. La noticia ha tocado a todos los vecinos, quienes aún intentan asimilar lo sucedido. La falta de medidas de seguridad en algunas zonas sigue cobrando vidas inocentes, y nos recuerda la importancia de prevenir para proteger a nuestros niños.
Desde lo más profundo, enviamos nuestro más sentido pésame a la familia de Uriel. No hay consuelo suficiente ante la pérdida de un hijo, pero sí la esperanza de que la memoria de su luz siga viva en los corazones de quienes lo amaron. Que descanse en paz.
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