El puertoriqueño Tito El Bambino pidió que pararan en una venta de cocos cercana en el aeropuerto de Comalapa cuando iba ya de camino.
Ahí compró agua con coco para todo su personal, las vendedoras al darse cuenta que era él (crecieron con las canciones de él) le pidieron fotos y él muy amablemente accedió, además de pagar de más por los cocos que consumieron.
Hay artistas que vienen y solo cumplen con lo del contrato, mientras que hay otros que logran que su población se encariñen por su forma de ser.
Tito logró que los migueleños lo respetarán. Tito El Bambino logró que todos nos dieramos cuenta que es un tipo tranquilo, humilde y con cercanía a la gente.
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