La tierra tembló con fuerza el pasado martes y dejó a su paso un rastro de destrucción. En la comunidad de Comapa, Jutiapa, Guatemala, una tienda no resistió la intensidad de los movimientos sísmicos y colapsó por completo. El local, que por años había sido fuente de sustento para una familia, terminó reducido a escombros tras los dos sismos que sacudieron la región en cuestión de horas.
Las imágenes del lugar hablan por sí solas: paredes caídas, mercancía perdida y una estructura irreconocible. Mientras continúa el recuento de los daños, los dueños del negocio intentan asimilar la magnitud de la pérdida. “Nuestras pérdidas son muchas”, expresó uno de ellos con tristeza. A pesar del golpe, aseguran que buscarán la manera de levantarse nuevamente, impulsados por la esperanza y el deseo de salir adelante.
El epicentro de los sismos se registró en la zona limítrofe entre Jutiapa, Guatemala y el departamento de Santa Ana, en El Salvador. La fuerza telúrica se sintió con intensidad en varias comunidades, generando temor entre la población y dejando afectaciones materiales, como la destrucción de esta tienda, que ahora representa uno de los tantos rostros de esta emergencia.
Mientras las autoridades continúan evaluando los daños en las zonas afectadas, las familias damnificadas inician el difícil proceso de recuperación. La historia de esta tienda caída en Comapa se suma a la de muchas otras que hoy necesitan apoyo, solidaridad y tiempo para reconstruir lo que el sismo les arrebató en segundos.

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