En un mundo donde muchas personas están acomodadas a las remesas, Jaqueline representa una esperanza y ejemplo para muchas salvadoreñas. Su nombre es Jáqueline Pérez es una joven soyapaneca que se ha ganado el respeto y el cariño de quienes la conocen, especialmente de los pasajeros que viajan con ella en la ruta 41-D.
Ella va sobre nueve meses manejando un bus que va desde la colonia Las Margaritas en Soyapango hasta el centro de San Salvador.
Pero su jornada comienza a las 6 de la mañana trabaja en el mercado de Las Margaritas vendiendo frutas y verduras. Su jefa no duda en decir que es una de las mejores: trabajadora, puntual y siempre con una sonrisa.
A la 1 de la tarde, cambia su delantal por el volante y se convierte en motorista. Dos viajes diarios bastan para seguir construyendo su sueño, darle a su hijo un hogar digno y una buena educación.
Esta joven es motorista de buses, un trabajo históricamente para hombres, es vendedora en el mercado, algo que la llena de orgullo y es mamá algo que se lo toma con mucha responsabilidad para dejar buen futuro a su hijo.
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