Una historia de humanidad y valentía ha conmovido a todos en redes sociales. Lina Arrieta, una joven madre, tomó una decisión inesperada pero profundamente humana: amamantar a una bebé que había sido abandonada y que lloraba desconsoladamente por hambre.
“Fue un impulso natural, un instinto de madre”, relató. “Al darle pecho, la niña se calmó de inmediato, dejó de llorar y se acurrucó tranquila en mis brazos”.
Lina explicó que, al tener leche materna tras el nacimiento reciente de su propio hijo, sintió que era lo más correcto en ese momento. “Algunos pensaron que buscaba llamar la atención, pero lo único que vi fue a un padre desesperado por salvar a esa pequeña, y mi corazón me dijo que debía ayudar”, expresó.
Si bien hubo voces críticas, la mayoría reconoció su gesto como un ejemplo de amor desinteresado. Comentarios como “Un verdadero acto de humanidad” o “Dios pone ángeles en el camino” inundaron las redes, resaltando la nobleza de su acción.
Este hecho no solo devolvió la calma a una niña en riesgo, sino que también recordó a todos que la solidaridad y la empatía pueden cambiar el destino de una vida.
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