La historia parece escrita para una serie de suspenso. Un ciudadano venezolano, acusado de formar parte del grupo criminal conocido como el “Tren de Aragua”, salió caminando sin inconvenientes del Aeropuerto Internacional de El Salvador, en Comalapa. En videos difundidos por medios locales y cuentas oficiales, se le observa abandonando el país en buen estado de salud, sin señales visibles de enfermedad o debilidad. Sin embargo, pocas horas después, la narrativa cambió drásticamente.
Al aterrizar en Venezuela, la escena fue completamente distinta. El mismo hombre que horas antes caminaba con normalidad, fue trasladado en silla de ruedas, asistido con oxígeno y rodeado por personal médico. Las imágenes circularon rápidamente en redes sociales, generando sorpresa, confusión y una ola de críticas por lo que muchos calificaron como una “puesta en escena”. ¿Cómo es posible que su estado físico se deteriorara de forma tan abrupta durante un simple vuelo?
Las reacciones no se hicieron esperar. Algunos usuarios compararon el episodio con una producción de telenovela, mientras que otros lo vincularon directamente con estrategias de victimización mediática, comunes en contextos donde se busca manipular la opinión pública. La frase “ni en la Rosa de Guadalupe” fue tendencia entre los comentarios que cuestionaban la veracidad del supuesto deterioro de salud. Otros, sin embargo, llamaron a la cautela, sugiriendo que podría haberse tratado de una afección médica real, aunque sin pruebas clínicas que lo respalden.
Hasta el momento, no hay un parte médico oficial que explique el cambio súbito en su estado de salud. Las autoridades salvadoreñas han sido claras al identificarlo como parte de un grupo criminal, y su liberación se dio tras cumplir los trámites de expulsión migratoria. Pero su recibimiento en Caracas plantea más preguntas que respuestas. ¿Fue un montaje con fines políticos? ¿O realmente sufrió una descompensación durante el viaje? Lo único claro es que este caso ha capturado la atención de muchos, como si se tratara de una historia digna de la mejor ficción televisiva.
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