Cuando era joven, Steven Robles enfrentó burlas y rechazos por parte de sus compañeros, quienes se mofaban de su aspecto físico. En lugar de rendirse ante la crueldad y el prejuicio, eligió mantenerse enfocado en su camino, trabajar duro y seguir adelante con determinación. Aquellos años difíciles forjaron en él una fortaleza interior que lo acompañaría durante toda su vida.
Con el tiempo, ese joven que alguna vez fue objeto de burlas se transformó en una figura destacada del deporte nacional. Hoy, Steven Robles es una estrella de la selección de fútbol de Guatemala, reconocido no solo por su talento en la cancha, sino también por su humildad y carisma. En la última Copa Oro, su entrega y pasión conquistaron los corazones de muchos fanáticos, incluso de aquellos que no eran guatemaltecos.
Pero su grandeza no se limita al terreno de juego. Recientemente, Robles sorprendió a una estudiante que había perdido a su madre y vivía al cuidado de su abuela. Al enterarse de su situación, no dudó en ayudarla con todo lo necesario para continuar sus estudios. Su gesto, lleno de humanidad y empatía, demuestra que el verdadero éxito también se mide en la capacidad de dar y de inspirar a otros.
Gracias, Steven Robles, por recordarnos que no importa de dónde vengamos ni cómo haya sido nuestro pasado. Siempre podemos elegir ser útiles, compasivos y ejemplo para los demás. Con acciones como la tuya, enseñas el camino a una nueva generación que necesita referentes reales, con corazón y propósito.
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